viernes, 16 de septiembre de 2011

Murió WANDA LANDOFF, editora de Clarín y luchadora incansable

WANDA LANDOFF
Murió ayer la periodista Wanda Landoff, editora de Clarín , pionera en la edición y dirección de revistas femeninas y joven veterana de este oficio que hoy la despide como a los grandes amigos.

Llegó al diario en los 90 y tuvo a su cargo el suplemento Para Todos. Fue editora de Mujer y de la revista Viva. Luego dirigió los suplementos Buena Vida y Countries. Tenía 65 años, dos hijos, tres nietos y un cuarto por llegar.

Quienes tuvimos el placer de conocerla hace casi cuatro décadas, no podíamos creer entonces que detrás de unos límpidos ojos claros y de un tono de voz que no supo de estridencias, se escondiera la mano firme con la que Wanda dirigía entonces la revista Vosotras, de la vieja Editorial Julio Korn.

Aquellos eran años duros, violentos, propensos a los desatinos y los disparates en todos los que teníamos veinte años. Wanda, en cambio, tuvo siempre a mano un gesto y una frase que esgrimía en los momentos de riesgo y osadía: palma de la mano derecha al frente, para frenar al viento, y: “Mirá: Vos tenés que pensar en esto…” Esas siete palabras corrigieron rumbos, evitaron catástrofes, abrieron caminos, desataron nudos. Y muchos años después, con alguna imperceptible corrección gramatical, la misma frase aquietaba los ánimos perturbados.

Pasó por la revista Gente de los primeros meses de gobierno de Isabel Perón, donde fue secretaria de la redacción, y anduvo luego casi como una peregrina, de redacción en redacción, en los posteriores años de zozobra. Incursionó en radio, donde todavía es recordada su participación en un programa igualmente inolvidable de los primeros años de la democracia recuperada: “Nuevos Aires”, en Radio Belgrano, donde compartió micrófono con Enrique Vázquez, Hugo Paredero, Diego Bonadeo, Carlos Campolongo y Horacio Salas.

De antepasados ucranianos, chilena de nacimiento y argentina irremediable, Wanda escondió siempre un secreto y jamás lo reveló: su fórmula para domar a los díscolos de esta profesión áspera y maravillosa, sin perder su cariño y su amistad. Los jóvenes colegas que trabajaron con ella hasta el final, deben sentir que han perdido una guía, una maestra, una luz cálida para entibiar las noches del cierre. Los veteranos sentimos, además, que hemos perdido a una hermana. Wanda será cremada, previa despedida, hoy a las 9.30, en la capilla de Chacarita.